Miraba por casualidad, (aunque creo que la casualidad no existe), el cierre de la ceremonia en Asís, Italia, donde muchos lideres religiosos vienen pidiendo por este preciado tesoro: la Paz. De pronto muchos niños y jóvenes se acercaban a recibir este legado como mensaje para llevarlo a sus Naciones, a donde viven y para que cada representante no olvide de lo importante que es la Paz. Pensaba entonces que desde cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de esa Paz, la nuestra primero. La responsabilidad como seres humanos para con nosotros y para con los otros, desde niños hasta adultos. La Paz que no significa sometimiento, que no significa que todo da igual, que no significa masificación, pero si creo que significa: Dignidad, Perdón, Alegría, Mirada, Escucha. Respeto. Los niños y jóvenes unidos a los adultos, abren las redes, dan aire a lo nuevo, a lo antiguo, a lo que viene siendo y tiene sentido. Frente a tanta realidad dura y difícil, tampoco pensemos que Paz es felicidad total, sino la historia sería una mentira como por momentos nos han mostrado e intentan en ocasiones vendernos. Paz es un equilibrio consciente, una tarea diaria de cada uno. Desde lo que hacemos, como lo hacemos. Seguro no es fácil, pero tampoco imposible.
